Resumen

El Tordesillas frena al Cristo.

El Atlético Tordesillas se ha convertido en una caja de sorpresas esta temporada. Es capaz de lo peor, visto en varias ocasiones últimamente, y de lo mejor, como ocurrió este domingo en Las Salinas. Doblegó al líder, es más, lo empequeñeció. Mereció ganar y además lo hizo a lo grande, sin apenas sufrir y con un tanto de los que hacen época, de un jugador que, de continuar así, también la hará.

La falta de acierto en ataque se encubrió con un golazo a balón parado a falta de diez minutos. Uno de los menos habituales, Rafa, le puso una pelota medida a Torres, convencido de que iba al primer palo, y con un remate preciso y fuerte la puso pegada al poste. Fue el premio a la insistencia personal y a la de su equipo, que nunca se ablandó, es más, con el paso de los minutos fue creciendo en el partido a pesar de la envergadura del rival que le visitaba que, eso sí, de no ser por la clasificación costaría pensar que era el líder.

No hubo ninguna ocasión más hasta que apareció Torres para rozar el gol en una jugada notable. Tras una combinación entre Villa y Abraham, este le puso el centro al delantero, que con una volea la mandó desviada. De haber entrado, se habría caído el estadio. Por su parte, el Cristo Atlético a medida que se acercaba el descanso se aproximaba cada vez menos al área rojiblanca. Farolo apenas tuvo trabajo en todo el partido.

En la segunda mitad el cuadro visitante capituló en ataque. Desistió. Al margen de alguna jugada directa, no le prestó más atención al área contraria. Sin el máximo goleador, Adri Pérez, por acumulación, nadie pudo hacer su trabajo. De eso sacó fruto el Tordesillas, que, sin hacer una revolución, fue más equipo que en anteriores ediciones. Supo ganar también en el otro fútbol, consiguió desesperar al rival, que se cargó de amarillas y empezó a meter presión sobre el arco de Dani Hernández.

Villa se quedó a centímetros de marcar tras un buen servicio con la cabeza de Torres desde dentro del área. Minutos más tarde iba a llegar el córner definitivo, el que trajo el gol y convirtió Las Salinas en una caldera. Tampoco podía ser otro que Torres, quien menos balones recibe y mejor los aprovecha. Su segundo gol de la temporada fue tan decisivo como el primero, contra el Becerril en la primera vuelta.

Tan solo Pérez, con un disparo lejano, inquietó a Farolo. No obstante, el largo tiempo añadido trajo angustia, pero no quitó puntos, y el Torde saborea tres que le dejan muy cerca de conseguir el objetivo de evitar la fase de descenso. Con ganar el último partido será suficiente para salvarlo.